La nebulosa planetaria NGC 6905, conocida como la “Nebulosa Blue Flash”, se encuentra en la constelación del Delfín (Delphinus) y fue descubierta por William Herschel en 1784.

Descubierta en 1784 por William Herschel, NGC 7331 es considerada un análogo cercano de la Vía Láctea, por lo que su estudio aporta valiosa información sobre la evolución de nuestra propia galaxia.

Descubierta en 1784 por William Herschel, NGC 7331 es considerada un análogo cercano de la Vía Láctea, por lo que su estudio aporta valiosa información sobre la evolución de nuestra propia galaxia.

Su nombre, «Trífida», proviene de las tres bandas oscuras de polvo que parecen dividirla en regiones distintas, creando un paisaje cósmico de gran belleza y complejidad.

Su nombre, «Trífida», proviene de las tres bandas oscuras de polvo que parecen dividirla en regiones distintas, creando un paisaje cósmico de gran belleza y complejidad.

Cuando una estrella de masa intermedia agota su combustible nuclear, expulsa sus capas externas al espacio interestelar, creando una envoltura brillante de gas ionizado que se ilumina gracias a la radiación ultravioleta del núcleo estelar remanente: una enana blanca.

Entre los objetos más fascinantes del cielo profundo se encuentra NGC 6826, también conocida como la Nebulosa del Ojo que Parpadea (Blinking Planetary Nebula), situada en la constelación de Cygnus (El Cisne) a unos 2.000 años luz de la Tierra.

En la constelación de Ofiuco, a unos 6.000 años luz de la Tierra, encontramos a Abell 43, una nebulosa planetaria de bajo brillo superficial que, pese a su tenue resplandor, constituye un objeto de enorme interés para la investigación astrofísica.

Catalogada por George Abell en 1966, forma parte del conjunto de nebulosas planetarias de bajo brillo superficial, lo que la convierte en un desafío para la observación visual, pero en un auténtico tesoro para la astrofotografía avanzada.

NGC 6543, conocida popularmente como la Nebulosa del Ojo de Gato. Su apariencia única y compleja ha fascinado tanto a astrónomos profesionales como a aficionados, convirtiéndose en un referente dentro del estudio de los objetos de este tipo.

En la constelación de Vulpecula, a unos 1.360 años luz de la Tierra, se encuentra una de las nebulosas planetarias más impresionantes y brillantes del cielo profundo: M27, también conocida como la Nebulosa Dumbbell.

En la constelación de Hércules, a aproximadamente 500 millones de años luz de distancia, se encuentra el cúmulo de galaxias Abell 2151, conocido también como el Cúmulo de Hércules.

En la constelación de Dragón (Draco), a unos 50 millones de años luz de distancia, se encuentra una de las galaxias más impresionantes observables desde nuestro planeta: NGC 5907, conocida popularmente como la Galaxia de la Aguja debido a su estilizada forma cuando se observa de perfil.

En la constelación de Hércules, a unos 7.000 años luz de distancia, encontramos uno de los ejemplos más notables de simetría en el universo: la nebulosa planetaria Abell 39.