Abell 43 – Una Joya Difusa de Ofiuco

En la constelación de Ofiuco, a unos 6.000 años luz de la Tierra, encontramos a Abell 43, una nebulosa planetaria de bajo brillo superficial que, pese a su tenue resplandor, constituye un objeto de enorme interés para la investigación astrofísica.

Este objeto forma parte del catálogo de George Abell (1966), que recopiló muchas de las nebulosas planetarias más débiles y extensas del cielo. A diferencia de las más conocidas, Abell 43 exige cielos oscuros y técnicas avanzadas de astrofotografía para revelar su verdadera estructura.


El final silencioso de una estrella

Abell 43 es el resultado del ocaso de una estrella similar al Sol que, al agotar su combustible nuclear, expulsó sus capas exteriores hacia el espacio. En el centro, encontramos una estrella enana muy caliente que ilumina tenuemente el gas circundante.

Lo interesante de este objeto es su baja densidad y su estructura difusa: en lugar de una nebulosa compacta, se observa un halo gaseoso de gran tamaño, casi fantasmagórico, que requiere largos tiempos de exposición para ser detectado.


📸 Imágenes desde LilTecan

Gracias al equipo astronómico de LilTecan hemos logrado registrar Abell 43 utilizando filtros especializados en Hα y OIII, lo que permite resaltar los distintos gases que componen esta nebulosa planetaria.

Abell 43 LRGB + Ha + O[III]

Cada filtro aporta información única:

  • Hα (Hidrógeno alfa): muestra la envoltura más extensa de gas.
  • OIII (Oxígeno ionizado): ofrece el característico resplandor verdoso-azulado típico de muchas nebulosas planetarias.

Al combinar estas imágenes, se revela la estructura difusa y tenue de Abell 43, una de las más delicadas del catálogo Abell.


✨ Una ventana a la evolución estelar

El estudio de objetos como Abell 43 permite a los astrónomos comprender mejor las últimas fases de la evolución estelar en sistemas de masa intermedia. Su baja densidad y luminosidad ofrecen pistas sobre la interacción de estas estrellas con el medio interestelar y los procesos de dispersión de sus capas externas.


Abell 43 es un claro ejemplo de cómo, incluso en los objetos más débiles, el universo despliega una belleza y un valor científico extraordinarios.

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