Abell 72 – La Nebulosa Fantasmal en Delphinus

En la discreta constelación de Delphinus, a unos 6.500 años luz de distancia, se encuentra una de las nebulosas planetarias más enigmáticas y difíciles de observar del cielo profundo: Abell 72. Catalogada por George Abell en 1966, forma parte del conjunto de nebulosas planetarias de bajo brillo superficial, lo que la convierte en un desafío para la observación visual, pero en un auténtico tesoro para la astrofotografía avanzada.


El ocaso de una estrella

Abell 72 es el resultado de la fase final en la vida de una estrella similar al Sol. Tras agotar su combustible nuclear, la estrella expulsó sus capas externas, que hoy forman un halo difuso de gas ionizado. En su centro queda el núcleo estelar en forma de enana blanca muy caliente, que con su radiación ultravioleta ilumina tenuemente la envoltura circundante.

Lo más destacado de esta nebulosa es su estructura difusa y extensa, con una forma irregular que recuerda más a una nube espectral que a los patrones más definidos de otras nebulosas planetarias. Por esta razón, requiere largas exposiciones y filtros de banda estrecha para revelar sus detalles.


📸 Imágenes desde LilTecan

El equipo astronómico de LilTecan ha registrado Abell 72 utilizando filtros en LRGB y OIII, lo que permite resaltar la composición gaseosa de esta delicada nebulosa.

Abell 72 – LRGB + O[III]
  • LRGB: revela las galaxias del fondo y el color de las estrellas.
  • OIII (Oxígeno ionizado): aporta el característico brillo verdoso-azulado de muchas nebulosas planetarias.

La combinación de estas imágenes ofrece una visión profunda y detallada de Abell 72, mostrando sus complejas formas internas y su interacción con el espacio circundante.


✨ Ciencia y belleza cósmica

El estudio de nebulosas como Abell 72 ayuda a comprender cómo las estrellas de masa intermedia enriquecen el medio interestelar con elementos pesados, un proceso fundamental en la evolución química de la galaxia. Además, la extrema debilidad de su brillo nos recuerda que el universo está lleno de maravillas que solo la paciencia y la tecnología pueden revelar.


Abell 72 es un ejemplo perfecto de cómo incluso los objetos más discretos del cielo profundo esconden una belleza y un valor científico extraordinarios.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *